Estadística

domingo, 28 de noviembre de 2010

La Asociación Arrímense presenta su primer proyecto !!!!

                                                                   (Casa de nuestra familia amiga)


                       La Asociación Arrímense se presenta con un primer proyecto de la mano: Capacitación de una familia Gitano Rumana afincada en Madrid.


                       Esta Asociación es fruto de la reflexión y de la ilusión de un pequeño grupo de soñadores que creemos, de una manera rotunda, en la fuerza de la colecividad, en la fuerza de los grupos y en la solidaridad como armas capaces no sólo de mover el mundo, sino también como formas de procurarnos mayor felicidad en nuestro día a día.

                        En este mes de noviembre de 2010 queremos presentarles nuestro primer proyecto, que descansará en una familia gitano rumano que reside en la ciudad de Madrid, por la que vamos a apostar y a la que estamos dispuestos a ayudar económica y social y culturamente.

                        El proyecto consiste en apoyar a una familia que está constituída por un papá veinteañero, y una mamá, aún más joven, que tienen dos hijas preciosas (de tres y un año) y están a la espera del tercero.
                        Viven en una caravana muy pequeñita, pero acogedora y limpia. Ella cuida de las niñas y él trabaja en lo que le va saliendo. Están muy enamorados e ilusionados con su proyecto familiar. 
                        Tanto él como ella son dos chicos con muchísimo potencial, inteligentes, honrados, despiertos y muy dispuestos. Él tiene un alto sentido de la solidaridad y trabaja como traductor (de modo voluntario) para distintas asociaciones que quieren comunicarse con otros compatriotas suyos en la lengua romaní.
                        Son unos padres muy cariñosos con sus hijas y tienen mucha ilusión porque ellas (y el que viene) puedan estudiar y llegar a tener un futuro digno.

                        El proyecto consiste en que se dará un apoyo económico, consistente en la cantidad de 500 euros, que se dará en concepto de honorarios y pago de gastos (transporte...) por los servicios de traductor que prestará a otras asociaciones amigas que trabajan también con Rumanos y en concepto de beca por los estudios que curse en escuela o talleres de adultos.
                         Asi mismo, se hará un seguimiento directo de la familia con la finalidad de no entorpecer el lindo camino que han comenzado y facilitar la integración de esta familia en nuestra sociedad, de modo que les sea fácil poder acomodarse a ella sin perder las características propias que los define como familia Gitarno Rumana. 
                          
                        El proyecto se realizará por tiempo de 6 meses y esperamos que, tras este tiempo y valoración de objetivos,  podamos pensar en renovar.                             
                        Las aportaciones se realizarán del siguiente modo: 250 euros mensuales que serán abonados por la propia Asociación Arrímense y los otros 250 euros, se dividirán en la cantidad de 25 euros por persona al mes que quiera arrimarse a nosotros y colaborar.

                        Necesitamos un número de diez personas que aporten esta cantidad de dinero, de modo que si estás interesado puedes contactar con nostros en la dirección de email: asociacionarrimense@gmail.com y nos dejas tu dirección para que nos pongamos en contacto contigo lo antes posible.

                        Nuestro primer proyecto tiene una finalidad muy concreta: Posibilitar que esta familia que se encuentra en un sistema marginal pueda participar de un nivel de bienestar mínimo, a la vez que queremos conseguir que esta familia sea referente para otras de su misma comunidad. A través de este concreto proyecto utilizaremos herramientas para conseguir: habilidades de autonomía personal y social, inserción ocupacional, formación y orientación laboral, y pautas básicas de comunicación.

                       Hemos apostado por esta familia porque llevamos algunos años acompañando a los gitanos rumanos que residen en la comunidad de Madrid, y consideramos que se trata de una población especialmente vulnerable por su condición de minoría étnica migrante y la pobreza en la que viven.

                     Esperemos que este proyecto, del que tendréis puntual información, os guste e ilusione tanto como a nosotros.
                      No dejeis de poneros en contacto con nosotros, tanto si es para ayudarnos económicamente como para cualquier duda o sugerencia.
                     

                        ARRÍMENSE !!!!!!

(Por razones obvias de respeto a la privacidad y a la intimidad no publicamos fotos o datos que los puedan identificar, sin embargo desde que te arrimes a nosotros te daremos todo tipo de información, porque sabemos que como decía El Principito es el tiempo que dedicas a tu rosa lo que le hace importante,  lo que te hace responsable de ella)

                         ÁRRÍMENSE !!!!!!!




Asociación Arrímense.


                     
                       

viernes, 22 de octubre de 2010

Que la justicia no siga mordiendo los pies descalzos de los vulnerables desde su cuna.

                                                                      





Gracias a Javi por la experiencia.
Gracias a Josito por la ciencia.
          

           



            







            Jueces y fiscales constituyen dos de los colectivos que colaboran de modo más directo en la complicada tarea de resolver, mediante el ejercicio de la autoridad, los múltiples conflictos que en nuestra sociedad se suscitan, con una última aspiración que reposa en la búsqueda de la justicia. 

            El concepto de justicia es complejo y pudiéramos decir que en el imaginario colectivo la representamos como una suerte de virtud capaz de equilibrar todas las fuerzas encontradas, para terminar dando a cada uno lo suyo.
           Pero, ¿qué es de cada quién? ¿cómo saber dónde está el equilibrio? ¿cómo impartirla con eficencia? ¿qué cualidades deben tener los que la procuran? ...
          
           En una primera aproximación al término, y definiéndolo de modo negativo (y respetuosamente en contra de lo que la Real Acadmia Española propone para la acepción de administrar justicia) no creo que la justicia pase necesariamente por la aplicación de las leyes,  ya que eso sería tanto como decir que en la Alemania de los nazis el exterminio en masa fue una manera de impartir justicia porque esos hechos respetaron la legalidad vigente en aquel momento.

          A mi la justicia se me representa como bondad vinculada a la razón, a la serena reflexión, a la valentía, al análisis riguroso, y desde luego se me aparece como una aspiración última real de lo que supone el bién común, más allá de cualquier interes particular.

          Cada actor de la vida civil que intervenga en la resolución de conflictos ajenos, con la esperanza de llegar a soluciones justas, debe estar capacitado para la justicia, y así debe sernos exigidos a quienes somos servidores públicos; jueces y fiscales, por ejemplo.

           Por ello no debería bastarnos sólo con saber o conocer las normas, sino que se hace necesario que cómo dice Kant "tengamos la audacia de saber", y para ello, como sostiene J.L Segovia, no hay conocimiento sin proximidad, ni projimidad sin cercanía, y sin todo esto no hay justicia, pero tampoco la hay si no se practica la compasión y la indignación.
           Sostengo que no se puede administrar, ni tampoco ejercer poderes justos sin un conocimiento profundo que se adquiere a través del estudio y de la experiencia. Y si de lo primero cierto es que estamos muy duchos, podríamos analizar si de experiencia no andamos muy faltos.
             La experiencia la entiendo como la valentía de mirar a los ojos de la persona necesitada de justicia para dejarnos afligir por su dolor.

              Opino que no puede haber justicia sin un análisis de los conflictos dentro de los parámetros culturales, económicos, históricos que necesariamente deben ser vinculados a la norma y a su uso, impidiéndose de ese modo una aplicación sistemática y automática que la aleje de la ansiada justicia.

               ¿Cómo podemos ni siquiera pensar que impartimos justicia cuando los destinatarios de las normas, en la mayor parte de los casos, provienen de submundos de exclusión social a los que no pertenecemos, que no sufrimos, no estudiamos y a los que jamás nos hemos aproximado?
                ¿Cómo podemos ni siquiera pensar que se acercan a la virtud de la justicia si la mayor parte de los operadores jurídicos no ha pisado nunca una cárcel, un centro de menores, o un centro de internamiento de extranjeros?
                 
                La justicia queda lejos de los estereotipos, de las generalidades, de lo mecánico.  Queda lejos del postín, del boato, del poder. La justicia tiene más que ver con la valentía, con el rigor, con el compromiso y, como sostiene Amaya Olivas, con la igualdad  de todos en tanto que ciudadanos en un espacio único que no admite jerarquías.        

                Que la justicia no siga mordiendo los pies descalzos de los vulnerables desde su cuna.           
           



           

          

           



               
          

                    

          
                          
             
                         

viernes, 1 de octubre de 2010

Trata de seres humanos con finalidades sexuales. (I)

   






"La delincuencia organizada se ha globalizado convirtiéndose en una de las primeras potencias económicas y armadas del mundo".
(Informe de 17 de junio de 2010 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito).

    El mundo experimenta un auge muy importante de redes internacionales dedicadas a robar, vender y comprar niñas y mujeres, que trasladan a través de distintos países con única finalidad de esclavizarlas y explotarlas sexualmente. Convirtiéndose este negocio, delictivo, en el tercero más rentable después de los de tráfico de drogas y de armas, y obteniendo unos beneficios anuales que, en cómputo mundial, son superiores a los 10.000 millones de dólares.
     Según los datos facilitados por la O.N.U se estima que, sólo en Europa, el número de víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual asciende a 200.000 mujeres, y genera unos ingresos anuales, para los explotadores, de más de 3.000 millones de dólares.

      La exclavitud sexual mantiene una íntima relación con las políticas de aseguramiento de fronteras de los países desarollados, que limitan la posibilidad de acceder al mercado de trabajo a miles de mujeres que provienen de entornos de pobreza extrema en sus países de origen.
       Mujeres bajo cuyas espaldas recae la obligación de alimentar a sus familias y cuya desesperación por abandonar sus países son aprovechadas por los traficantes para lucrarse.
       Se antoja peligroso cargar con las condiciones que, sumando, aumentan insoportablemente la gravedad del tráfico indigno de personas: Migrante, Menor, Mujer.
       Pero además de la relación con la legítima aspiración de emigrar, es cada vez más numeroso el número de mujeres y niñas que son objeto de tráfico mediante técnicas de engaño, como son las ofertas de trabajo falsas o promesas de matrimonio de novios-tratantes, no siendo hasta que llegan al país de destino cuando descubren que están atrapadas en una espiral de violencia, coacción y sexo, de la que es casi imposible salir viva.

       España es, no sólo un importante país de tránsito, sino también de recepción de estas mujeres víctimas de trata, y es importante recordar que esta actividad delictiva no depende sólo de la oferta (países en situación de cambios sociales acompañados de penurias económicas, violencia, falta de perspectivas de futuro o de países en situación de guerra) sino también de la demanda de los países de destino.
       Así las Naciones Unidas indican que nuestro país es lugar de destino de mujeres objeto de trata y nacionales de países como Colombia, República Dominicana, Nigeria, Rusia, Ucranía, Rumanía, Bulgaria, Brasil, Croacia, República Checa, Hungría, Marruecos o Polonia.

      Impresiona pensar en la cantidad de mujeres que llegaron a España con la ilsuión de tener una vida y un trabajo digno, con la ilusión de dejar atrás el drama, el conflicto y la pobreza, para encontrarse de frente con la despiadada realidad de la esclavitud, de la prostitución con coacción, los malos tratos, las amenazas ...
      Impresiona pensar en mujeres, que viven cerca de nuestras casas, y que están  privadas de su capacidad de deambulación, de su libertad.
       Impresiona pensar en nuestras vecinas; mujeres a las que convierten en invisibles, y a las que, para impedir que delaten a sus criminales, someten a tratos tan bestiales y duros como eficaces, ya que les secuestran a sus hijos, amenazan de muerte a todo el entorno familiar del país de origen, limitan sus movimientos, les retiran el pasaporte y el acceso al dinero, las violan, las pegan, las torturan, obligan a abortar, a consumir drogas ...

        Cuando creíamos que en nuestro mundo occidental y globalizado teníamos sistemas capaces de detectar y erradicar de modo automático situaciones de esclavitud sexual, comprobamos como, por contra, el negocio aumenta y se potencia a niveles desconocidos hasta ahora.
          No hay duda que estas organizaciones criminales internacionales generan poder suficiente para instalarse, enriquecerse y seguir creciendo entre todos nosotros.
       
 Las Palmas de Gran Canaria, 1 de octubre de 2010.
 Rros.
          

viernes, 20 de agosto de 2010

Otro Derecho Penal es Posible.

                Parte Primera

                 Cualquiera que se acerque al mundo carcelario comprobará como, éste, se constituye en una organización social que funciona con parámetros distintos a los de la vida en libertad (con sus propias reglas, valores, jerga...) y  que nacen de la ferrea voluntad social de excluir a las personas, que comenten hechos que  atacan bienes y valores, que deberían ser intocables, y de cuyo respeto depende el normal desenvolvimiento de nuestra convivencia.

                De este modo, y ante la falta de ideas más imaginativas compatibles con la dignidad humana y el legítimo derecho a perseguir y evitar la comisión de delitos, el Estado ejerce su poder para privar de libertad. Pero, como a todo poder, se le debe exigir su ejercicio desde la responsabilidad.

                En un ejercicio, a mi juicio, de responsbilidad, la Constitución Española recoge que las penas estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social, lo cual es sinónimo de reconocer que todas las personas, sin excepción, merecen otra oportunidad, y que el camino en la cárcel se dirige a acompañar al preso hacía el posible camino de la vida en libertad.

                  Sin embargo, tengo la convicción de que, el camino de la reinserción no es la senda que recorren nuestros presos, y las manos que se les tienden, vacias de responsabilidad, sólo están llenas de poder, del poder de privar de todas las formas de libertad posible, que más allá de la deambulatoria, se extiende a la interna, la que acompaña nuestra dignidad humana, y que es intrínseca a toda persona, de modo que la libertad se ve mermada con el hacinamiento de nuestras cárceles, superior al 170 %, se ve mermada por la falta de recursos, por la falta de asistencia médica, falta de asistencia sicológica, por la imposición de las normas a través de la rigidez y la imposición, por la privación de una mínima capacidad de autonomía, por el trato a las personas convertido en trato a números, a expedientes ....

                    Es constatable el hecho de que las cárceles son habitadas, en su mayoría, por los que ya fueron excluídos sociales, personas pobres y marginadas con un muy bajo nivel educativo, que en su mayoría tienen más de un familiar también en prisión, problemas con una raiz social, que se visibilizan cuando nuestros derechos son atacados, y que mercen respuestas adecudas.

                      Para el preso la privación de libertad física, en las actuales circunstancias del mundo carcelario, se acompaña, a lo largo de la estancia en prisión, de un odio que se cuece a fuerza de preguntas sin respuestas, necesidades afectivas no atendidas, ausencia del imprescindible perdón pesonal y perdón social ...se cuece a fuerza de horas en soledad, sin mayor expectativa que ver el tiempo pasar, horas que transcurren sin la presencia de manos amigas que  ayuden en  la reflexión para la integración....se cuece al fuego lento de la debilidad mental del que teme volverse loco ante la inactividad permanente, al fuego lento de la debilidad física del que va viendo como pierde vista, como adelgaza, como pierde pelo .... al ritmo imposible e incomprensible de las visitas y comunicaciones con la pareja, con amigos, con la madre, o con los hijos, concedidas de modo contado y ocasional... y en este ambiente de falta de afectividad el preso va perdiendo su dignidad a la par que la libertad.

                       Para nuetra sociedad la privación de libertad física, en las presentes circunstancias, nos compromote como sociedad avanzada, y en el trato que damos a los presos nos vamos debiltiando, nos restamos humanidad a la par que dejamos de creer en nuestro semejante y en sus futuras oportunidades, creamos brechas sociales que con el tiempo van creciendo para dirigirse contra nuestros sistema, con cada preso que pierde su libertad interna perdemos la oportunidad de sanar nuestra sociedad, para conseguir espacios comunes de convivencia en paz.

                          Constantemente volvemos al punto de partida, de modo que en unos parámetros muy estrechos hemos decidido ir, para después volver.
                        A la pregunta formulada por Tolstoy de por qué unos hombres se creen con razón y poder para encarcelar a otros, nuestra sociedad responde con dos palabras: necesidad y protección, y en ello andamos, compatibilizándo la respuesta con nuestros derechos fundametales y con la dignidad humana.
                        Estos son nuestros parámetros, y en nuestro ir y venir  en España cada vez hay  más presos, cárceles más grandes, más conductas que castigamos con la privación de libertad, penas más duras y largas, mayor reincidencia ....

                          Si creemos que la libertad es la mayor de nuestras conquistas, y el estandarte de la sociedad que construímos, la privación de libertad debería ser el mayor de los castigos, y por tanto merecería toda la atención y cuidado posible, si seguimos en la convicción de haber desterrado la imposición de estas penas por venganza, ¿cómo es posible asistir impávidos ante el espectáculo de una sociedad que no cree que las penas sirvan para la resocializición, a sabiendas de los pocos esfuerzos que ponemos en ello? ¿Cómo conformarse sin dar segundas, o primeras en muchos casos, oportunidades?

                          Y en el camino de la reflexión, del estudio y en el responsable ejercicio del poder pensemos que Otro Derecho Penal es Posible.... No hay poder sin responsablidad.


http://www.otroderechopenal.com/

                     
                      
                           
 
      

                


         

martes, 3 de agosto de 2010

Más allá de la crisis, tragedia en Guatemala.

                 El pasado 27 de Mayo, varios departamentos del país de Guatemala se vieron afectados por la erupción del volcán Pacaya. Este hecho, unido a la tormenta tropical Ághata, que se desató a primeras horas del día 29 del mismo mes por todo el país Guatemalteco, ha dejado un resultado de más de 200 muertos, 100 desaparecidos, más de 100.000 damnificados y unos 350.000 afectados.

Guatemala es un lugar de tanta belleza como extrema pobreza y desnutrición que constituyen una seria y persistente amenaza para el desarrollo del país, y en particular para sus poblaciones indígenas.

En abril del 2009, Unicef ya nos advierte que uno de cada dos niños guatemaltecos sufre desnutrición crónica y que el 80% de los niños y niñas indígenas menores de 5 años tienen serios problemas alimenticios.

Sus pobladores sufren, también, vulneraciones sistemáticas de sus derechos a la salud, de sus derechos laborales, del derecho a la tierra y al agua, sin que el Estado haya establecido políticas que garanticen mínimamente estos derechos.Por otro lado, los Guatemaltecos tienen que enfrentarse con problemas como la corrupción e impunidad, que impiden la consolidación de un estado democrático que camine por sendas de paz.

La Comisión Internacional contra la Impunidad Internacional ha cifrado en un 98% el nivel de impunidad en el país, ya conocíamos el pasado junio la dimisión de su máximo dirigente, el jurista Castresana debido al incumplimiento del Estado Guatemalteco de sus obligaciones en la lucha contra el crimen organizado, que convive con las Instituciones del Estado.

A todo lo anterior debemos sumar cómo la inseguridad ciudadana, el crimen y la violencia generalizada afectan de manera especial a un sector tan vulnerable como es la mujer, siendo Guatemala el país centroamericano con mayor número de mujeres víctimas de homicidios.

En este contexto, la fuerza y violencia de la naturaleza de Aghata y Pacaya han mostrado su rostro más mordaz con los más desfavorecidos del país, funcionando la tormenta y la explosión del volcán como una lupa que ha dejado en evidencia las importantes desigualdades sociales de la tierra de los Mayas.

Podríamos preguntarnos si la tormenta Aghata y la explosión del volcán Pacaya provocan desastres naturales o, por el contrario, sólo agravan los desastres sociales ya existentes.

Para muchos guatemaltecos la erupción ha supuesto que sus campos de mil colores se hayan convertido en lugares grises y negros de infraviviendas destruidas a consecuencia de que sus frágiles materiales de chapa no soportan el peso de la ceniza expulsada por el volcán.

Esa ceniza es la misma que ocasionará problemas oculares y respiratorios a una población que, de ordinario, no tiene acceso a ningún servicio médico.

Y al material volcánico se unió la lluvia torrencial para extender entre los pobres más desastres sociales: familias enteras sepultadas junto a sus casas por aludes de tierra, niños perdidos en las crecidas de los ríos, puentes y carreteras destruidas, lodo y suciedad, amenazas de más infecciones médicas, dengue, plantaciones arrasadas…

Sin embargo, para las clases guatemaltecas más favorecidas el panorama ha sido de lógica tristeza e impotencia al ver, en directo, la aterradora realidad de los “otros” a través de la televisión, mientras detrás de sus ventanas simplemente llovía.

En esos días me encontraba en Guatemala trabajando en un curso, organizado por la Agencia Española Internacional para el Desarrollo, pudiendo constatar la destrucción de carreteras, puentes, interrupción del tráfico aéreo, y siendo testigo no sólo de la desolación más absoluta de quien lo ha perdido todo, sino también de las exageradas carencias de los albergues habilitados en los que faltan elementos esenciales como agua, alimentos, colchones, mantas, leche, pañales, ropa y medicinas.

Ante la situación que he comprpbado de primera mano en Guatemala, me sorprende la poca repercusión que la noticia tuvo en nuestro país. Me pregunto si en esto que llamamos el primer mundo, líder en comunicaciones e innovaciones tecnológicas, donde todo tiene un precio, acaso no utilizamos las noticias como meros productos de consumo. Y si quizá la crisis mundial en la que nos hayamos inmersos y que afecta a grandes sectores de los países avanzados, nos hace aún más insensibles y deshumanizados frente al dolor y sufrimiento más extremo que se extiende allende nuestras fronteras.

Debemos, quizá, reflexionar sobre la conveniencia de estar alerta ante las desgracias de aquellos pueblos que no garantizan condiciones de dignidad mínimas en la vida diaria de sus ciudadanos, para de esta manera merecernos el título de países desarrollados con ciudadanos implicados en construir caminos de paz globalizados.

Seguramente deberíamos entender la crisis económica como una oportunidad de potenciar nuestra solidaridad, con el fin de exigir a todos los agentes sociales verdaderos cambios que nos hagan más humanos.