"La delincuencia organizada se ha globalizado convirtiéndose en una de las primeras potencias económicas y armadas del mundo".
(Informe de 17 de junio de 2010 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito).
El mundo experimenta un auge muy importante de redes internacionales dedicadas a robar, vender y comprar niñas y mujeres, que trasladan a través de distintos países con única finalidad de esclavizarlas y explotarlas sexualmente. Convirtiéndose este negocio, delictivo, en el tercero más rentable después de los de tráfico de drogas y de armas, y obteniendo unos beneficios anuales que, en cómputo mundial, son superiores a los 10.000 millones de dólares.
Según los datos facilitados por la O.N.U se estima que, sólo en Europa, el número de víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual asciende a 200.000 mujeres, y genera unos ingresos anuales, para los explotadores, de más de 3.000 millones de dólares.
La exclavitud sexual mantiene una íntima relación con las políticas de aseguramiento de fronteras de los países desarollados, que limitan la posibilidad de acceder al mercado de trabajo a miles de mujeres que provienen de entornos de pobreza extrema en sus países de origen.
Mujeres bajo cuyas espaldas recae la obligación de alimentar a sus familias y cuya desesperación por abandonar sus países son aprovechadas por los traficantes para lucrarse.
Se antoja peligroso cargar con las condiciones que, sumando, aumentan insoportablemente la gravedad del tráfico indigno de personas: Migrante, Menor, Mujer.
Pero además de la relación con la legítima aspiración de emigrar, es cada vez más numeroso el número de mujeres y niñas que son objeto de tráfico mediante técnicas de engaño, como son las ofertas de trabajo falsas o promesas de matrimonio de novios-tratantes, no siendo hasta que llegan al país de destino cuando descubren que están atrapadas en una espiral de violencia, coacción y sexo, de la que es casi imposible salir viva.
Mujeres bajo cuyas espaldas recae la obligación de alimentar a sus familias y cuya desesperación por abandonar sus países son aprovechadas por los traficantes para lucrarse.
Se antoja peligroso cargar con las condiciones que, sumando, aumentan insoportablemente la gravedad del tráfico indigno de personas: Migrante, Menor, Mujer.
Pero además de la relación con la legítima aspiración de emigrar, es cada vez más numeroso el número de mujeres y niñas que son objeto de tráfico mediante técnicas de engaño, como son las ofertas de trabajo falsas o promesas de matrimonio de novios-tratantes, no siendo hasta que llegan al país de destino cuando descubren que están atrapadas en una espiral de violencia, coacción y sexo, de la que es casi imposible salir viva.
España es, no sólo un importante país de tránsito, sino también de recepción de estas mujeres víctimas de trata, y es importante recordar que esta actividad delictiva no depende sólo de la oferta (países en situación de cambios sociales acompañados de penurias económicas, violencia, falta de perspectivas de futuro o de países en situación de guerra) sino también de la demanda de los países de destino.
Así las Naciones Unidas indican que nuestro país es lugar de destino de mujeres objeto de trata y nacionales de países como Colombia, República Dominicana, Nigeria, Rusia, Ucranía, Rumanía, Bulgaria, Brasil, Croacia, República Checa, Hungría, Marruecos o Polonia.
Así las Naciones Unidas indican que nuestro país es lugar de destino de mujeres objeto de trata y nacionales de países como Colombia, República Dominicana, Nigeria, Rusia, Ucranía, Rumanía, Bulgaria, Brasil, Croacia, República Checa, Hungría, Marruecos o Polonia.
Impresiona pensar en la cantidad de mujeres que llegaron a España con la ilsuión de tener una vida y un trabajo digno, con la ilusión de dejar atrás el drama, el conflicto y la pobreza, para encontrarse de frente con la despiadada realidad de la esclavitud, de la prostitución con coacción, los malos tratos, las amenazas ...
Impresiona pensar en mujeres, que viven cerca de nuestras casas, y que están privadas de su capacidad de deambulación, de su libertad.
Impresiona pensar en nuestras vecinas; mujeres a las que convierten en invisibles, y a las que, para impedir que delaten a sus criminales, someten a tratos tan bestiales y duros como eficaces, ya que les secuestran a sus hijos, amenazan de muerte a todo el entorno familiar del país de origen, limitan sus movimientos, les retiran el pasaporte y el acceso al dinero, las violan, las pegan, las torturan, obligan a abortar, a consumir drogas ...
Impresiona pensar en mujeres, que viven cerca de nuestras casas, y que están privadas de su capacidad de deambulación, de su libertad.
Impresiona pensar en nuestras vecinas; mujeres a las que convierten en invisibles, y a las que, para impedir que delaten a sus criminales, someten a tratos tan bestiales y duros como eficaces, ya que les secuestran a sus hijos, amenazan de muerte a todo el entorno familiar del país de origen, limitan sus movimientos, les retiran el pasaporte y el acceso al dinero, las violan, las pegan, las torturan, obligan a abortar, a consumir drogas ...
Cuando creíamos que en nuestro mundo occidental y globalizado teníamos sistemas capaces de detectar y erradicar de modo automático situaciones de esclavitud sexual, comprobamos como, por contra, el negocio aumenta y se potencia a niveles desconocidos hasta ahora.
No hay duda que estas organizaciones criminales internacionales generan poder suficiente para instalarse, enriquecerse y seguir creciendo entre todos nosotros.
Es dramático el tema de la trata que campa a sus anchas en nuestro país con el silencio amigo de muchos.
ResponderEliminarMe llama mucho la atención lo que apuntas de que la regulación de los flujos migratorios de los países desarollados tiene mucho que ver en ello (lo que es absolutamente cierto).
Eso nos debería llevar a pensar que las políticas de migración deben ser absolutamente solidarias y serias, respetuosas con los derecchos de todos los países, y desde luego conocedoras de la raíz que obliga a las personas a emigrar de sus países, sea como sea.
Estas políticas restrictivas (muy populares en distintos sectores) como vemos, suponen no sólo conductas insolidarias, sino que nos estallará en nuestra misma cara, y terminará perjudicandonos a los países ricos en la misma medida que el daño producimos .....Y como vemos es mucho.
Gracias por seguir alimentando el blog.
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